Menor maduro y la decision de Hannah
Hace unos meses nos hacíamos eco de la decisión de Hannah (http://dimensioneticaenfermera.blogspot.com/2008/11/la-decisin-de-hannah-jones.html), una niña británica en aquel entonces de 13 años. Ella pidió que no se le practicara un trasplante de corazón en contra del criterio de los médicos. Ahora ha cambiado de opinión y ha aceptado y dispuesta a someterse a la intervención de trasplante cardiaco.
En su momento la Justicia Inglesa dictaminó que un niño que comprende las consecuencias de sus decisiones ha de ser considerado legalmente competente para hacerlo. Este argumento encierra la doctrina del menor madura, propuesta para dar solución a las decisiones de los menores de edad en lo que respecta a su salud.
El diario El País recoge las palabras de Hannah:
"Sé que decidí que definitivamente no quería un trasplante de corazón, pero todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión", ha afirmado Hannah, que resolvió incluir su nombre en la lista de espera para un trasplante tras la fiesta en la que celebró su 14 cumpleaños.
Ella ha contado en todo momento con el apoyo de los padres. Aún así, seguramente la polémica esta servida. De seguro este vaivén de decisiones no será bien visto por algunos médicos que la han tratado, y por parte de aquellos que ven que a determinadas edades no se es suficiente maduro para decidir. Otros sin embargo verán un ejercicio de la autonomía de la voluntad maduro. ¿Qué ha habido cambio? Por supuesto, la vida, la salud no son fenómenos estáticos, están llenas de contradicciones, de amor, de emoción, de hastío y de ilusión. Que ahora cambie de opinión es del todo lícito, y aunque ahora lo tendrá más difícil por los riesgos que conlleva, no podemos más que darle desde aquí todo el ánimo del mundo y desearla que se recupere pronto. Tiene todo su derecho.
Angel Alfredo Martínez Ques
1 comentario:
Los médicos que no vean bien este vaivén de decisiones puede que entiendan mucho, presuntamente,de enfermedades pero de enfermos me parece que no tanto.
Mucha suerte a Hannah y a sus padres.
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