Preenfermo: Un sano bajo Sospecha
«Todo individuo aparentemente sano es un enfermo insuficientemente estudiado»
Esta es la máxima que se aplica para tratar como pacientes a personas saludables. El título del post lo he adaptado de un libro breve como clarificador “La medicina bajo sospecha” de Alberto Gálvez publicado por la F. Index de Granada. En él se pueden leer conceptos rompedores tales como "expropiación de la salud", "medicina dogmática"...
Esto viene a cuento por un nuevo concepto del que se habla en estos días que es el de PREENFERMO. La cuadratura del círculo. Por eso les recomiendo leer el interesante reportaje del País “Usted no está sano, está preenfermo”.
Los límites de lo que es la salud y la enfermedad lo deciden los expertos médicos, con lo que deciden cuando una persona debe ser tratada. Al ampliarse los márgenes de lo patológico aumentan para alegría de las farmacéuticas el número de enfermos y se dispara el gasto sanitario.
¿Será cierto entonces que estamos todos Preenfermos? Lo que nos faltaba. Háganse una idea: prehipertenso, prediabetico, predeprimido…. Como lo leen… Menos mal, que algunos expertos combaten este desproposito. Frente a la voracidad por medicarlo todo hay quienes creen mucha de la asistencia es innecesaria. Por ejemplo un especialista en lumbalgias y cirujano, el Dr. Kovacs afirma que en España se tiende a operar todas las hernias cuando sólo en un 4 por ciento de ellas merece la pena intervenir. Es un riesgo innecesario. En el Reino Unido se hacen mil operaciones de este tipo al año y sólo en los hospitales públicos de España 21.000. El doctor Kovacs asegura que cuando quien padece dolores de espalda va al médico tiene alguna probabilidad de ser sometido a tratamientos inútiles o contraproducentes. Y el mejor remedio, dice, es el ejercicio.
Esta idea de la excesiva medicalizacion no es nueva. Hace tiempo la idea de la expropiación de la salud, fue descrita por el filósofo IVAN ILLICH en su obra Némesis médica (1975). Némesis, en la mitología griega, es la personificación de la justicia divina. Illich expone tres razones por las que la Medicina ha rebasado los límites tolerables y resulta patógena, a saber: “produce daños clínicos superiores a sus beneficios”; “enmascara las condiciones políticas que minan la salud de la sociedad”; y expropia “el poder del individuo para curarse a sí mismo y para modelar su ambiente”.
Es obvio que la Medicina es una ciencia, y como tal, no está en posesión de la verdad absoluta ni pretende estarlo, ni ser la panacea universal. Illich habla de Iatrogénia social como la excesiva medicalización de la sociedad que “fomenta las dolencias reforzando una sociedad enferma que no sólo preserva industrialmente a sus miembros defectuosos, sino que también multiplica exponencialmente la demanda del papel de paciente”. Es la llamada medicalización de la vida. Parece ser que las personas a las que se le diagnostica hipertensión sufren un agravamiento de los síntomas y viven peor que otros hipertensos a los que en cambio, no se les ha diagnosticado la enfermedad.
Esta es la máxima que se aplica para tratar como pacientes a personas saludables. El título del post lo he adaptado de un libro breve como clarificador “La medicina bajo sospecha” de Alberto Gálvez publicado por la F. Index de Granada. En él se pueden leer conceptos rompedores tales como "expropiación de la salud", "medicina dogmática"...
Esto viene a cuento por un nuevo concepto del que se habla en estos días que es el de PREENFERMO. La cuadratura del círculo. Por eso les recomiendo leer el interesante reportaje del País “Usted no está sano, está preenfermo”.
Los límites de lo que es la salud y la enfermedad lo deciden los expertos médicos, con lo que deciden cuando una persona debe ser tratada. Al ampliarse los márgenes de lo patológico aumentan para alegría de las farmacéuticas el número de enfermos y se dispara el gasto sanitario.
¿Será cierto entonces que estamos todos Preenfermos? Lo que nos faltaba. Háganse una idea: prehipertenso, prediabetico, predeprimido…. Como lo leen… Menos mal, que algunos expertos combaten este desproposito. Frente a la voracidad por medicarlo todo hay quienes creen mucha de la asistencia es innecesaria. Por ejemplo un especialista en lumbalgias y cirujano, el Dr. Kovacs afirma que en España se tiende a operar todas las hernias cuando sólo en un 4 por ciento de ellas merece la pena intervenir. Es un riesgo innecesario. En el Reino Unido se hacen mil operaciones de este tipo al año y sólo en los hospitales públicos de España 21.000. El doctor Kovacs asegura que cuando quien padece dolores de espalda va al médico tiene alguna probabilidad de ser sometido a tratamientos inútiles o contraproducentes. Y el mejor remedio, dice, es el ejercicio.
Esta idea de la excesiva medicalizacion no es nueva. Hace tiempo la idea de la expropiación de la salud, fue descrita por el filósofo IVAN ILLICH en su obra Némesis médica (1975). Némesis, en la mitología griega, es la personificación de la justicia divina. Illich expone tres razones por las que la Medicina ha rebasado los límites tolerables y resulta patógena, a saber: “produce daños clínicos superiores a sus beneficios”; “enmascara las condiciones políticas que minan la salud de la sociedad”; y expropia “el poder del individuo para curarse a sí mismo y para modelar su ambiente”.
Es obvio que la Medicina es una ciencia, y como tal, no está en posesión de la verdad absoluta ni pretende estarlo, ni ser la panacea universal. Illich habla de Iatrogénia social como la excesiva medicalización de la sociedad que “fomenta las dolencias reforzando una sociedad enferma que no sólo preserva industrialmente a sus miembros defectuosos, sino que también multiplica exponencialmente la demanda del papel de paciente”. Es la llamada medicalización de la vida. Parece ser que las personas a las que se le diagnostica hipertensión sufren un agravamiento de los síntomas y viven peor que otros hipertensos a los que en cambio, no se les ha diagnosticado la enfermedad.
La cultura occidental ha desarrollado una cierta dependencia del personal sanitario, especialmente de los médicos, quizá ayudada por las atenciones médicas que cada persona recibe a lo largo de su vida ya desde el momento de nacer. Otro aspecto de esta excesiva medicalización aparte del monopolio "sanador" de la Medicina oficial, es el incremento del Gasto Sanitario que amenaza constantemente al Sistema establecido. Tambien hay que referirse a la hospitalización innecesaria o al médico que insiste en controlar a pacientes que ya ha declarado terminales.
El diagnóstico es la puerta que comunica el mundo de los enfermos con el de los Sanos. Ahora habrá que llamarlos PREENFERMOS. O si lo prefieren sospechosamente SANOS.
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