La controversia contra la vacunación obligatoria
En septiembre de 2006, 3 meses después de la autorización de una vacuna contra el papillomavirus humano (HPV), legisladores de Michigan propusieron que esa vacuna fuera obligatoria para las muchachas que se incorporaban al sexto grado (11 o 12 años de la edad). Los padres que se opusieran podrían optar bajo las mismas previsiones que se aplican a otras vacunaciones. Es probable que otros estados sigan el ejemplo de Michigan. El desarrollo de Gardasil, vacuna de HPV de Merck, es de gran importancia para la salud pública. La vacuna protege contra cuatro variedades de HPV, la enfermedad sexual transmitida más común de los Estados Unidos, incluyendo las dos tipos que causan la mayoría de los casos de cáncer cervical. Más de 6 millones de personas de en este país se infectan con HPV cada año, y se diagnostican a casi 10.000 mujeres con el cáncer cervical. Porque la vacuna tiene una ventaja mayor cuando se da antes de que una persona sea sexualmente activa.
La controversia sobre el producto comenzó antes de que fuera autorizada, cuando algunos conservadores religiosos expresaron la preocupación que la disponibilidad de una vacuna contra una enfermedad sexual transmitida minaría los mensajes de prevención basados en la abstinencia. Por otro lado las consecuencias que la enfermedad pueden tener para las mujeres conlleva la urgencia de maximizar el uso de la vacuna por todos los medios posible incluyendo las medidas políticas legislativas.
La controversia sobre el producto comenzó antes de que fuera autorizada, cuando algunos conservadores religiosos expresaron la preocupación que la disponibilidad de una vacuna contra una enfermedad sexual transmitida minaría los mensajes de prevención basados en la abstinencia. Por otro lado las consecuencias que la enfermedad pueden tener para las mujeres conlleva la urgencia de maximizar el uso de la vacuna por todos los medios posible incluyendo las medidas políticas legislativas.
El cuestionamiento de algunos grupos por la vacunación obligatoria como causante de algunas enfermedades (teorias nunca demostradas) ha polarizada aun mas el debate.
Algunos bioeticistas que promueven los valores de la autonomía paciente y del consentimiento informado como preeminentes, se han mostrado escépticos sobre las leyes obligatorias de vacunación, que consideran inaceptablemente paternalistas. Otros se oponen que solo sea suministrada a niñas.
Algunos bioeticistas que promueven los valores de la autonomía paciente y del consentimiento informado como preeminentes, se han mostrado escépticos sobre las leyes obligatorias de vacunación, que consideran inaceptablemente paternalistas. Otros se oponen que solo sea suministrada a niñas.
Un interrogante es si la realización de un nivel más alto de cobertura justifica la infracción de la autonomía parental que la vacunación obligatoria exige inevitablemente.
Una ultima consideración: cualquier vacuna nueva que un estado agregue a su lista de requisitos debe ser juzgada en el contexto un calendario vacunal mas completo y cada vez mas largo y complejo de vacunas que los niños ahora reciben y la posibilidad que los mandatos adicionales pueden acrecentar la oposición de los pueblos, sea por motivos religiosos, filosóficos, o ideológicos. Aunque la religión y la sexualidad del adolescente han dominado la discusión, el movimiento de la vacunación de HPV plantea amplias preguntas sobre la aceptabilidad de las medidas sanitarias públicas obligatorias, del alcance de la autonomía parental, y del papel de la defensa política en la determinación de cómo se ponen en ejecución las medidas sanitarias preventivas.
Extracto del artículo
James Colgrove The Ethics and Politics of Compulsory HPV Vaccination, New England Journal of Medicine. Volume 355:2389-2391 December 7, 2006 Number 23
Extracto del artículo
James Colgrove The Ethics and Politics of Compulsory HPV Vaccination, New England Journal of Medicine. Volume 355:2389-2391 December 7, 2006 Number 23
2 comentarios:
Comentario
A mi este tema de la vacuna del VPH me hace pensar lo mismo que con otros temas, si los padres no quieren vacunar a sus hijas, que no lo hagan, que firmen un documento en el que rechazan la vacunación y se comprometen a no acudir al sistema sanitario publico que les oferta esa vacuna pidiendo asistencia en caso de desarrollar la infección o de padecer un cáncer de cérvix. Aunque se que esto no soluciona la parte en la que después pueden transmitir la enfermedad a otras personas, pero por lo menos empezar por ahí. Y que deciden por alguien que en el futuro podría desear habérsela puesto… pero los padres decidimos por los hijos muchas cosas. A la edad de once años no se esta maduro para tomar algunas decisiones, pero podría darse la oportunidad mas adelante a que esto se pudiera hacer, a la edad de catorce o quince años, lo mismo cuando el menor pide consejo anticonceptivo.
Lo de las consideraciones religiosas sobre la sexualidad del adolescente y la abstinencia, me da la risa, la postura del avestruz y de la falta de memoria de los adultos
Amelia Corominas
En primer lugar, existe controversia en la comunidad científica sobre la conveniencia de la inclusión de esta vacuna wb los calendarios vacunales oficiales, tanto en cuanto su relación coste/beneficio no está clara. Y no lo está por varias razones: no cubre todo el espectro de papilomavirus, sólo es eficaz en condiciones de no inicio de la actividad sexual (en nuestro contexto los hijos ocultan este aspecto a sus padres) o la falsa protección que este tipo de profilaxis puede generar en una población expuesta por la vía sexual a otras patologías o a los embarazos no deseados (añadámoles a este hecho los efectos de falsa protección que generará la píldora poscoital). No decimos nada sobre que al igual que ha acontecido con la vacuna del meningogoco C, estas vacunas podrían dar lugar a resistencias y patologías, a medio plazo más graves.
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